miércoles, 16 de septiembre de 2015

el amor hierático I

Querida madre, me está ocurriendo algo fascinante: mi cuerpo se está enamorando. Esto es, mi pecho ha trabajado con tal constancia en el olvido del último ser que simplemente se ha diluido. Me siento torpe, vibro como un amor adolescente que vagamente consigue articular algo ingenioso; y, sin embargo, esta vez siento que podría permanecer sumergida en esta clara representación de desprotección un tiempo largo. El exterminio de un cadáver para engendrar el amor hierático. El cuerpo mágico se agita en mi estómago con tal nervio que hasta mis pies dentellan. Tan sólo un miedo se me presenta, es el temor de haberme quedado con la totalidad del temblor.