jueves, 17 de septiembre de 2015

-

Me gustaría permanecer en este estado de embriaguez constante, en el que no sucede absolutamente nada si tú no quieres volver a verme. En el que puedo decir lo que me de la real gana porque he roto cualquier acuerdo verbal y educacional con los seres sobrios como tú, que resultan ser tan ridículos como yo. Carece de sentido que vuelva a amanecer. Yo no deseo regresar al sol.

-

Por favor, sé que me lees, invítame a un café. Desayunemos de nuevo. O no, disculpa. Invítame a cenar. No me refiero económicamente. Digo que me extiendas la invitación, que me facilites el encuentro. Tienes la dureza del que ha sufrido mucho y sólo puede mirar hacia detrás. Me gustaría no ser tan joven, para que tomaras mi dolor más en serio. Mi dolor es tan tibio como el tuyo. Mi dolor mancha absolutamente todo, como el tuyo. Vivo con un lastre que sepulta una a una mis relaciones. Mis relaciones con las personas, mis relaciones con el espacio, mis relaciones con las cosas. Pero sería tan agradable que me invitaras a tomar una copa. El día no auxilia toda la atención que mi cuerpo te está otorgando. Invítame a cenar.

-

Ojalá regresaras a mí antes de que desfalleciera. Ojalá fueras la persona de mi vida. Ojalá no tuviese que seguir escarbando en este montón de mierda. Me estoy ahogando entre tanta deyección. Agradecería, por primera vez en mis veintiséis años, no haberme equivocado de rata. Estoy cansada. El mundo se me torna un lugar horrendo que no quiero habitar. Sería muchísimo más fácil con otro ser déspota al lado al que cuidar. Otro ser déspota como tú. Me encanta tu tiranía. Tu tiranía sobre el mundo te hace parecer un ser inteligente. Un ser inteligente al que me encantaría cuidar. Me encantaría cuidarte. Podríamos ser felices en una habitación de quince centímetros. Es probable que me deseches por toda la mierda que escribo; de hecho tienes derecho absoluto para salir corriendo. Yo te agradecería que me dejaras invitarte a otro café.

-

He entendido que soy un ser que tiende a la tragedia. Ahora tengo el siguiente interrogante: ¿busco constantemente la imposibilidad en la relación emocional por el mero hecho de que me encuentro incapaz de sentirme en compañía? Poseo una capacidad eminente para destrozarlo todo; incluso antes de haberlo iniciado.

IV

Me has sido útil para escribir. Me has sido tremendamente útil para continuar desplegando mi faceta de escritora frustrada. Una fotógrafa que desea profundamente expresarse con la palabra pero que es íntegramente incapaz, porque carece claramente de la perseverancia que caracteriza al escritor y hace uso, por tanto, de sus relaciones fallidas para ahogar la vocación de literato. De mi persona me atrevería a afirmar lo siguiente: mata lo que aún no ha emergido para continuar con la tragedia vital en la que ha decidido naufragar. Sobre ti tengo dos pensamientos: me gustaría no haberte conocido nunca, porque entonces mi mente permanecería en ese líquido calmo que ahora trato desesperadamente de alcanzar, y no se desviviría, en cambio, por llamar la atención del perspicaz ingenio que pareces sostener. Sin embargo, reconozco que me gusta haberme encontrado contigo en esta pausa, porque, ante la muerte, continúo optando por el destrozo.

III

No prorrogaré mis acciones ante ti. No abandonaré mi ánimo a la fortuna de tu demanda. Tu imagen ha entrado en mí con el único cometido de servir placer a este cuerpo ahogado en desidia y esa será la soldadura de nuestros seres. La masturbación será la soldadura de nuestros seres. Jamás me prorrogaré ante ti. Jamás abandonaré mi ánimo a la fortuna de tu demanda. Tu imagen entrará en mí con el cometido único de servir placer a un cuerpo que en la desidia se ahoga. Y otra vez digo. Será esa y no otra la soldadura de nuestros seres. Ha debido ser gracioso si alguna vez pensaste que existía otra vía para desarrollarnos.

II

conocerte me ha servido para tener una imagen que me facilite la masturbación.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

el amor hierático I

Querida madre, me está ocurriendo algo fascinante: mi cuerpo se está enamorando. Esto es, mi pecho ha trabajado con tal constancia en el olvido del último ser que simplemente se ha diluido. Me siento torpe, vibro como un amor adolescente que vagamente consigue articular algo ingenioso; y, sin embargo, esta vez siento que podría permanecer sumergida en esta clara representación de desprotección un tiempo largo. El exterminio de un cadáver para engendrar el amor hierático. El cuerpo mágico se agita en mi estómago con tal nervio que hasta mis pies dentellan. Tan sólo un miedo se me presenta, es el temor de haberme quedado con la totalidad del temblor.

lunes, 14 de septiembre de 2015

-

una nueva tumba ha suplantado la anterior.

N.

esta noche, a solas, estoy contemplando mi aislamiento. has decidido no abrazarme hoy, y temo por el curso de la respuesta de mi cuerpo.

me asombra la rapidez con la que mi cerebro ha accedido a dotar de un espacio a tu cuerpo. me asombra la rapidez con la que mi emoción se estima en función de la tuya.

esta noche lloro con la gratitud infinita de aquellos que siempre supieron estar a tiempo de no iniciarse en el desvanecimiento de las batallas.

me atormenta infinitamente la capacidad tan irrisoria de mi cerebro por convertir en propio lo ajeno, por atribuir otro nuevo tormento a un cuerpo que sólo sabe recostarse en la enfermedad del afecto.

vendrás, y nada quedará de mí. estás agotando lo exiguo que permanecía.

no he podido librarme de la locura. esto es lo que me gustaría decirte en realidad: no he podido librarme de la locura. la anormalidad de mis relaciones han sido provocadas por un volcán que a mis casi veintiséis años no he conseguido ahogar.

poseo todas las horas para retorcerme en el dolor.


y cuando termino de escribir y lo he vapuleado absolutamente todo sólo pienso en lo siguiente:
esto es, cariño, lo que puedo darte.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

conversaciones con ella II


Tengo pesadillas con tu boca. Sueño que tu boca, enorme y despiadada como un gigante, no repite mi nombre. Sueño que tu boca, enorme y despiadada como un gigante, no tiene nada que decirme. Sueño que tu boca, enorme y despiadada como un gigante, no me menciona. Y no puedo si no detenerme en la constante ironía de que tú no tengas nada que decirme; cuando yo no hago otra cosa que tratar de comunicarme contigo.

martes, 1 de septiembre de 2015

conversaciones con ella I


La distancia entre tú y yo ha resultado tan corrosiva que hasta mi verbo se avergüenza de continuar pronunciándote. Me alejo de ti hablándote. Te hablo como si me escucharas. Converso con el silencio de esta habitación mientras enfermo en la siguiente ironía: hablar sola no es tan diferente a hablarte. Me calma susurrar que aún me acuerdo de ti y disculparme por si en el pasado tuve algún comportamiento equívoco; me calma conversar con la ausencia que me has producido. Deseo tanto irme de ti que he decidido sentarme a conversarte hasta que tu nombre me provoque llagas, hasta que el aliento de tu falta mate todo lo que tengo por decirte, hasta que mi boca se convierta en un bosque tan profundo que acalle tu existencia.